Argentina posee varios reservorios de agua dulce. En la Patagonia, en el Río Santa Cruz y en el famoso acuífero Guaraní. En la actualidad, el 40% de la población mundial ya no tiene acceso al agua potable, y muchos países importan el recurso. Para los próximos 20 años, la situación será crítica, y el agua será el principal recurso estratégico. Si hoy ya es motivo de guerra y de conflictos, el futuro no será mucho más prometedor.
Por ello, Argentina debe preservar ese recurso, para proteger el futuro de su población. Es preciso que los argentinos comencemos a cuestionarnos y a tener este tema en cuenta, pues los gobiernos que hemos tenido y tenemos en la actualidad, no están a la altura de las circunstancias, ya sea por ignorancia, negligencia o por traición.
No debemos dejar que suceda con el agua, lo que sucede con la minería en nuestro país. Hay que preservar al máximo el recurso y evitar regalarlo o entregarlo a cambio de nada, pues sin agua no vivimos. Y no es por nosotros, es por nuestros hijos, y todo el futuro de la Nación.
Sudamérica es capaz de abastecer al mundo entero de agua potable por siglos. Si no existieran países que mandaran sobre el resto, todos podrían abastecerse del tan ansiado recurso y vital para el desarrollo de la vida humana.
El Acuífero Guaraní
Los estudios realizados hasta hoy sostienen que el Sistema Acuífero Guaraní (SAG) tiene una superficie aproximada de 1.194.000 kilómetros cuadrados de los cuales 839.000 corresponden a Brasil (10% de su territorio), 226.000 a Argentina (6 %), 71.700 a Paraguay (18 %) y 59.000 a Uruguay (25 %). En Argentina, sus aguas corren por debajo de las provincias de Misiones, Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos. La extensión del SAG es similar a la de los territorios de España, Portugal y Francia juntos. Su volumen se estima en unos 55.000 kilómetros cúbicos de agua potable y su nivel de recarga anual es de entre 160 y 250 kilómetros cúbicos.
El Acuífero Guaraní tiene estimativamente un volumen de agua almacenada de 40.000 kilómetros cúbicos, es como si una cisterna de agua tuviera como base el equivalente en su superficie a la Capital Federal.
Esta reserva de agua subterránea data de la prehistoria, y es la tercera reserva de agua dulce del mundo.
No es casualidad que capitales privados y el Banco Mundial, estén financiando las investigaciones sobre este recurso. Tampoco que obstinadamente las tropas norteamericanas se quieran meter de prepo en la triple frontera, con el pretexto de supuestas células terroristas de Al Qaeda, o de apoyo financiero al terrorismo.
El magnate Douglas Tompkins compró todas las tierras alrededor de los esteros del Iberá (zona de descarga del acuífero) en la provincia de Corrientes.
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