"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

martes, 25 de noviembre de 2014

La inminente Tercera Guerra Mundial

Las noticias que llegan de Europa, la desterrada, no son para nada alentadoras. La ideología de género sigue dando muestras de su fortaleza apoyada en millones y millones de dólares yanquis y europeos amasados con los años por grandes familias sionistas (sino vean de donde vienen las grandes financiaciones al LGBT, los argentinos conocemos muy bien a Paul Singer y a George Soros) y articulados por infinidad de instituciones intermedias, llaméense ongs o fundaciones o como quieran. Pero no nos podemos quedar en el dato, debemos ir más alla, debemos analizar a la luz de la Fe para que todo lo que suceda tenga un por qué real.

A partir de la caída de la Rusia Comunista el mundo fue unipolar. Estados Unidos dominó la escena internacional con sus dólares y… sus dolores. Junto con las Naciones Unidas, o sin ellas, impuso un modelo que se aceleró a partir de la caída de las Torres Gemelas (¿una logia ha batido columnas para dar lugar a la fundación de una nueva junto a una nueva era? No se, se me ocurre). En la historia de la humanidad y en la realidad humana dominada por la inteligencia y la voluntad, frente a una acción tenemos una reacción. Las Naciones Unidas junto a Estados Unidos están tratando de romper con el orden natural que tan magníficamente se plasmó en el orden romano y han encontrado en Rusia una reacción.

El conflicto ya no es ideológico. Queda claro desde el momento en que la izquierda internacional se alia a esta Rusia que muestra visos de tradición, para hacerle contrapeso al Norte capitalista e imperialista, pero, por otro lado, apoya todo tipo de disposiciones destructoras del orden natural, que Rusia rechaza. ¿Quién usa a quién? No lo sé. Lo único que veo en este tipo de políticas es que la Verdad queda desamparada y a un costado del camino. Una alianza entre una nación que está tratando de volver a sus tradiciones milenarias con movimientos como la izquierda internacionalista o una religión como la musulmana o hasta cierto coqueteo con una parte del sionismo, la verdad no me cierra.

Putin ha comenzado una dialogo fraterno con los países hispanoamericanos que transitan por lo que se dio en llamar el Socialismo del siglo XXI. Tiene una muy buena relación con la Venezuela de Maduro, con el Ecuador de Correa, la Bolivia de Evo Morales, la Argentina de CFK. ¡Nada más alejado de las tradiciones que desea revivir el Oso eslavo que estas naciones, ultrajadas por la más vil de las ideologías! ¿No lo ve Putin? ¿o es que en política internacional necesita de los enemigos de mi enemigo? Si es así, Rusia sigue fornicando con los reyes de la tierra y la Tradición es una posición más (no la única posición) para ganar a los desahuciados.

Por otro lado tenemos al Occidente Crispado (no Cristiano, porque nada queda ya, solo islas de santidad en una oscuridad que arrecia). Activamente ha comenzado con la disolución de todo orden natural. Impone la ideología de género que no es más que la destrucción del orden natural en el ámbito personal. Mujeres que quieren ser varones, varones que quieren ser mujeres, mujeres que están con mujeres y varones con varones. Buscan también destruir la pureza de la niñez incentivando la perversión entre adultos y niños. ¡Ay de quien se meta con uno de Sus niños! ¡No me gustaría estar en sus zapatos! Pero no se quedan en lo que se ve, sino al mejor estilo anti cientificismo van por lo que no ven, pero ahora consideran que existe: el niño en el vientre materno. La aberración del aborto, practicada en el pasado por los pueblos salvajes, ya es una plaga mundial.

Esta destrucción del orden natural es la llave para la construcción de uno nuevo, del famoso hombre nuevo que profetizaba, sin saberlo, Karl Marx. El hombre sin Dios, el hombre Dios.

¿A quienes representa Rusia y a quienes Estados Unidos?

Los aliados de Rusia son los eslavos por supuesto, junto a los musulmanes, China, India y la izquierda latinoamericana, algo así como todos los que no están con el Euroatlantismo como lo llama Alexander Duguin y repite Putín en su discurso del 2013. Por el lado de Estados Unidos sus aliados son las Naciones Unidas, o sea, los países Europeos, desde España hasta Alemania. Europa del Este es el avispero, solo hace falta hacer un mínimo ruido para que las avispas salgan disparadas como flechas por todo el mundo.

Las alianzas de Rusia se han forjado recientemente. No vienen de antaño, aunque en el pasado lo hayan sido y esta es la clave para entender el por qué de tantas contradicciones esenciales en el seno de este grupo: marxistas, gramscianos, derecha pagana, cristianos ortodoxos, musulmanes no extremistas (algunos extremistas también), una parte del sionismo (el que quedó afuera del negocio), católicos tradicionalistas, antiguos comunistas, fascistas, socialistas siglo XXI, progresistas. Los ha conglomerado la oposición, no ha nacido de una participación consiente a principios inmutables, no… es puro pragmatismo.

Fíjense como a todos les cabe algo: tanto marxistas, gramscianos ven en Putin el líder que puede hacerle frente a Estados Unidos, la nación, que según ellos, representa todos los males del capitalismo. A la derecha pagana se la compra con la simbología y la imagen tan atrayente del líder, algo así como el superhombre nischeneano. Los cristianos ortodoxos ven en Putin a quien les dará los recursos materiales y el apoyo político necesario para instaurar definitivamente, lo que ellos consideran, la verdadera sede del Catolicismo, luego de la defección de Roma y Bizancio. Los musulmanes no les queda otra que confiar en el Oso para volver a instaurar el antiguo Califato. Los sionistas, ¿buscaran en Putin el líder que los lleve al tan ansiado mesías carnal? ¿Será ese Otro al que Nuestro Señor alude cuando dice que a Él no lo recibirán pero a ese sí? Por último, los católicos tradicionalistas, que sonríen silenciosamente al oír las palabras de un príncipe denunciando todo lo que están defendiendo pero que el mundo silencia.

Las alianzas yanquis son las de antaño y están atadas al dólar. El consenso de sus acciones radica en la posesión de los medios masivos de comunicación y la tranquilidad que la reconstrucción de posguerra les ha dado a los políticos europeos. Pero el pueblo ya va por otro lado, está cansado. Ya lo ha demostrado en Grecia, en España y de manera magnífica en la Francia tradicional.


Nos acercamos a la Tercera Guerra Mundial no hay duda, si es que ya no estamos en ella, como dijo Francisco. Pero esta guerra será la última, como profetizó de manera tan clara el Padre Castellani, será el autosuicidio del mundo. No hay más que leer el Tercer Secreto de Fatima y las sucesivas advertencias del Cielo sobre un inminente castigo para darse cuenta que, aunque los hombres crean que pueden controlar este proceso, terminará cuando y como quiera Nuestro Señor. Amen.