"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

domingo, 28 de abril de 2013

Discurso sobre la Dictadura

Señores: ¿cuál es el principio del Sr. Cortina? El principio de S. S., bien analizado su discurso, es el siguiente en la política interior : la legalidad, todo por la legalidad, todo para la legalidad, la legalidad siempre, la legalidad en todas circunstancias, la legalidad en todas ocasiones: y yo, señores, que creo que las leyes se han hecho para las sociedades, y no las sociedades para las leyes, digo : la sociedad, todo para la sociedad, todo por la sociedad, la sociedad siempre, la sociedad en todas circunstancias, la sociedad en todas ocasiones.

Cuando la legalidad basta para salvar á la sociedad, la legalidad; cuando no basta, la dictadura. Señores, esta palabra tremenda, que tremenda es, aunque no tanto como la palabra revolución, que es la mas tremenda de todas (…).

Digo, señores, que la dictadura en ciertas circunstancias, en circunstancias dadas, en circunstancias como las presentes, es un gobierno legítimo, es un gobierno bueno, es un gobierno provechoso como cualquier otro gobierno, es un gobierno racional, que puede defenderse en la teoría, como puede defenderse en la práctica. Y si no, señores, ved lo que es la vida social. La vida social, señores, como la vida humana, se compone de la acción y de la reacción, del flujo y reflujo de ciertas fuerzas invasoras y de ciertas fuerzas resistentes.

Esta es la vida social, así como esta es también la vida humana. Pues bien: las fuerzas invasoras, llamadas enfermedades en el cuerpo humano, y de otra manera en el cuerpo social, pero siendo esencialmente la misma cosa, tienen dos estados: hay uno en que están derramadas por toda la sociedad, en el que estas fuerzas invasoras están reconcentradas solo en individuos: hay otro estado agudísimo de enfermedad, en que se reconcentran mas, y están representadas por asociaciones políticas. Pues bien: yo digo que no existiendo las fuerzas resistentes, lo mismo en el cuerpo humano que en el cuerpo social, sino para rechazar las fuerzas invasoras, tienen que proporcionarse necesariamente á su estado. Cuando las fuerzas invasoras están derramadas, las resistentes lo están también; lo están por el Gobierno, por las autoridades y por los tribunales, y en una palabra, por todo el cuerpo social; pero cuando las fuerzas invasoras se reconcentran en asociaciones políticas, entonces necesariamente, sin que nadie lo pueda impedir, sin que nadie tenga derecho á impedirlo, las fuerzas resistentes por sí mismas se reconcentran en una mano. Esta es la teoría clara, luminosa, indestructible de la dictadura.

Y esta teoría, señores, que es una verdad en el orden racional, es un hecho constante en el orden histórico. Citadme una sociedad que no haya tenido la dictadura, citádmela. Ved, sino, qué pasaba en la democrática Atenas, lo que pasaba en la aristocrática Roma, En Atenas, ese poder omnipotente estaba en las manos del pueblo, y se llamaba ostracismo; en Roma, ese poder omnipotente estaba en manos del Senado, que le delegaba en un barón consular, y se llamaba como entre nosotros dictadura. Ved las sociedades modernas, señores; ved la Francia en todas sus vicisitudes. No hablaré de la primera república, que fue una dictadura gigantesca sin fin, llena de sangre y de horrores. Hablo de época posterior. En la Carta de la Restauración la dictadura se había refugiado ó buscado un asilo en el artículo 14: en la Carta de 1830 se encontró en el preámbulo; ¿ y en la república actual ? De esta no digamos nada. ¿Qué es sino la dictadura con el mote de República?

Aquí se ha citado, y en mala hora, por el Sr. Galvez Cañero la Constitución inglesa. Señores, la Constitución inglesa cabalmente es la única en el mundo, tan sabios son los ingleses, en que la dictadura no es de derecho excepcional sino de derecho común, y la cosa es clara. El Parlamento tiene en todas ocasiones, en todas épocas, cuando quiere, pues no tiene mas límite que el de todos los poderes humanos, la prudencia, este poder.

Tiene todas las facultades, y estas constituyen el poder dictatorial, de hacer todo lo que no sea hacer de una mujer un hombre, ó de un hombre una mujer, como dicen sus jurisconsultos. Tiene facultades para suspender el habeas corpus, para proscribir por medio de un bill d'attaner: puede cambiar de constitución, puede variar hasta de dinastía, y no solo de dinastía, sino hasta de religión, y oprimir las conciencias; en una palabra, lo puede todo. ¿Quién ha visto, señores, una dictadura más monstruosa?

Juan Donoso Cortes, Discurso sobre la Dictadura (Extracto)

martes, 16 de abril de 2013

Por qué voy a la marcha del 18A


Mi actitud frente a los hechos que vive nuestro país es de decepción. Si bien no me extraña la mediocridad de nuestros políticos y el ansia de bienes, hoy he experimentado en carne propia un hecho que me lleva a la indignación. Me tuve que tomar un taxi en once por quince cuadras. El taxista estaba escuchando el programa de radio, El Exprimidor de Ari Paluch. En este se denunciaba la falta de presencia política y acompañamiento con los damnificados por la inundación. Ahí estalló en cólera el conductor. El era uno de esos. Había perdido todo: las camas, los colchones, la heladera, la cocina, los muebles… los recuerdos. Me contaba que necesitaba solo 900 pesos para que una empresa le financie el resto y poder comprar una cocina y los colchones. Fue a los bancos para pedirlos y… nadie le dio nada. Me contaba que antes de irse a trabajar esa mañana, sus hijas, que dormían en el piso, se levantaron y le dijeron que tenían mucho frío. Fue ahí cuando el pobre hombre comenzó a llorar. Por supuesto me solidarice con él y ahora estoy en contacto. Cuando baje del taxi mi espíritu se turbó y cayeron a mi mente un montón de preguntas. Un fuego me dominó el pecho. ¿Por qué este pobre hombre y sus hijas deben pasar por una situación tan traumática como esa? ¿Por qué? Luego un pensamiento me abrazó: este país es riquísimo. Tiene grandes reservas de agua potable, tiene la quinta mina de oro y cobre del planeta en un mundo en el que lo más valorado es el oro, tiene todos los climas, riqueza innumerable en su suelo y subsuelo, riqueza ictícola para alimentar a millones de personas. Luego, la pregunta obligada: ¿Qué mierda pasa en este país?

No tengo dudas: la patria esta tomada por un grupo, pequeño en relación al pueblo paciente y sincero, pero que nos somete a diario a vivir en las peores condiciones. Porque el dinero que hoy se roban es dinero que mañana falta en los hospitales públicos, en las escuelas públicas y en el trabajo. Peor aún: es dinero que nosotros aportamos con nuestros impuestos para que ellos puedan vivir “de la mejor manera” y nosotros, suframos todo tipo de padecimientos. De ahí que esta manga de delincuentes, para no ser irrespetuoso con las mujeres que me leen, deberán, en un futuro no muy lejano, hacerse cargo de las muertes que suceden en los hospitales públicos por falta de insumos o falta de personal y de los adolescentes que dejan el colegio porque es deprimente estudiar en un colegio destruido. Nuestros hermanos argentinos, que a diario sufren todo tipo de desprecios por parte del Estado, deben ser nuestro desvelo. Y quienes los hacen sufrir deben hacer tronar nuestra rabia y llevarnos a manifestar nuestro repudio. Por eso los invito a que se sumen conmigo a la marcha del 18 de abril. No me interesa que la organiza Clarín o La Nación. La verdad, poco me interesa. Lo que me interesa es que allí encontraré al taxista que tanto ha sufrido y juntos buscaremos una solución.