"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

martes, 31 de enero de 2012

¿Por qué quieren reformar la constitución?

Algunas observaciones desde lo práctico-político

Primero: quienes quieren la reforma piensan que no puede haber otro presidente que pueda “profundizar el modelo” de lo que se desprende que el lugar del presidente dentro de este esquema constitucional y republicano actual no se ajusta a sus funciones ejecutivas solamente. ¿Cómo puede ser que el “modelo” no funcione sin Cristina? O porque la presidente tiene el carisma necesario para sostener la legitimidad que da el voto popular (de lo que surge que no seguirían al “modelo” sino al carisma del gobernante, nada raro en nuestras tierras. De esta manera, el modelo no es popular sino que lo popular es quien ejecuta ese modelo), o porque el grupo que la sostiene no cree que haya otro ejecutor que pueda realizar la obra planeada.

Segundo: como decía en el punto primero, no piensan que pueda haber alguien que perpetúe el “modelo” pues el “modelo” es la persona de la presidente. Cambiar al titular del Ejecutivo sería cambiar el “modelo”. ¿Qué problemas traería esto? Tal vez, quienes impulsan esta reforma, sepan que quien la reemplace, siempre dentro de su grupo, creará su propio “modelo” y la permanencia del grupo estará en duda (¡pues los conoce desde dentro!). Este grupo impulsor no hace otra cosa que perpetuarse en los cuadros medios de la gestión (tal como enseñó el General en sus Tres Revoluciones), lugar primordial para seguir con el “verdadero modelo”. Subir a alguien de los cuadros intermedios sería poner en la cúspide del poder a alguien que conoce muy bien los tejes y manejes de la secta gobernante. Cristina esta totalmente sometida y es totalmente funcional a los designios del grupo, que corresponden a los designios de los grupos extranacionales.

Tercero: la perpetuación en el poder que estaba dada por Néstor – Cristina se rompió cuando Néstor desapareció de la escena política y ahora, para que esta familia siga gobernando, al mejor estilo monárquico, es necesaria una modificación de la Constitución.



Algunas observaciones desde lo institucional

Cuarto: no podrán argumentar que la modificación constitucional es por otra cosa diferente a la reelección pues han demostrado violentar la constitución sin problemas y si quisieran hacerle alguna nueva violencia, ¿por qué no hacerla sin modificarla, como han venido haciendo hasta ahora? La reelección y los llamados “nuevos derechos” son lo único que demanda una reforma constitucional para no caer en la dictadura que tanto desprecian y rechazan.

Quinto: querrán incorporar los “nuevos derechos”, como ser el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia y si nos dormimos, tal vez, nos encajen la pedofilia, la zoofilia, el derecho a los animales y nos sacarán la patria potestad de nuestros hijos para pervertirlos intelectual y sentimentalmente.

Sexto: seguramente toquen lo relacionado con el sostenimiento económico de la Iglesia Católica, otro pedido de las “minorías” y que tan bien caerá en la opinión pública, incluso católica (o mejor dicho caótica). No se hasta donde no será una Gracia de Dios para su grey que empiecen a tener escasez material y por fin tengan que arrodillarse al Señor de los Cielos a implorar.

Algunas observaciones desde lo moral-esencial

No dudemos que esta reforma tocará de lleno a la familia tradicional, pues así lo demandan los poderes extranacionales y nuestro gobierno está, por lo menos en lo que tiene que ver con la modificación del tejido social, de lleno sometido a ellos.

¿Podrá ser una oportunidad para la familia tradicional? Como dice Vicente Sierra comentando la reforma de la Constitución de 1949, lo que corresponde en la hora actual es volver hacia atrás. Pero, los constituyentes ¿harán lo que corresponde? ¿Han demostrado hacerlo? No, y no lo harán porque su objetivo final es el dinero que reciben de aquellos que sí les interesa la destrucción del “hombre viejo”, como lo llaman imitando la cita del evangelista, y la construcción del “hombre nuevo”, que todo tiene de “nuevo” pero nada de “hombre”.

miércoles, 25 de enero de 2012

La “doctrina peronista” y su función sobre el Pueblo

Siguiendo con los comentarios a la obra de Vicente Sierra, Historia de las Ideas Políticas en la Argentina.

El movimiento que encabeza el general Perón es de origen popular, profundamente democrático, pero la masa –como ha dicho Pío XII- ‘es enemiga capital de la verdadera democracia y de su ideal de libertad y de igualdad’. No hay que confundir la unidad que forja un pueblo con su expresión política como masas. La gran cuestión que la “doctrina  peronista" habrá de resolver es la de dar a la soberanía una singular conciencia de sus deberes, responsabilidades y solidaridad hasta forjar en el pueblo la conciencia de que las desigualdades individuales se engranan en la unidad jerárquica y que las instituciones sociales dan vida a los principios políticos, pero que existe una absoluta imposibilidad de forjar principios políticos validos si se carece de un concepto sobre el hombre. [Nadie lo ha logrado hasta ahora. Habría que estudiar profundamente porque, si en los principios estaba estipulado este programa, el peronismo no solo no pudo sino que terminó haciendo todo lo contrario: no ha logrado que el pueblo tenga conciencia de sus deberes, responsabilidades y solidaridad. El verdadero peronismo será entonces el movimiento que logré esto pues es la consecuencia lógica de sus principios, independientemente de las circunstancias (pues como bien dice Sierra, lo que esta en juego es el concepto del hombre y no las políticas económicas o sociales). No es el peronismo llamado de izquierda el que da respuesta al vacío de identidad que tiene este pueblo sino el peronismo que se desarrolló hasta 1949 (y que fue el continuismo del nacionalismo de los generales del movimiento de 1943) y que, por falta de dinero, dejó de creer en sus principios como solución y se volcó a la solución terrenal y foránea. El peronismo de izquierda es hipócrita porque sabe que los principios del movimiento son totalmente contrarios a ellos pero la estructura es funcional a sus objetivos, la necesitan. Quieren imponernos una doctrina que nada tiene que ver con nuestras tradiciones por ser extranjerizante aunque se presente autóctona] He aquí el nudo de la cuestión política. Los intereses materiales juegan en la primera etapa, pero deben ser substituidos por los verdaderos principios políticos, los verdaderos principios religiosos, los verdaderos principios sociales. Perón lo ha comprendido al afirmar que el mundo del futuro será de aquellos que realicen las virtudes que Dios enseñó a los hombres [¿Es una observación inteligente y profunda? ¿No nos enseñan las Sagradas Escrituras que vamos en picada hacia el Fin de los Tiempos, hacia el gobierno del Príncipe de este Mundo? No. El futuro terrenal no será de aquellos que realicen las virtudes que Dios enseñó; el futuro post terrenal será de ellos]. Porque toda verdad política o social es, al final de cuentas, una verdad teológica [siguiendo la tradición del gran Donoso Cortes], desde que tiene que basarse en una verdad sobre el hombre, y sin dios no hay concepción de la persona humana que tenga sentido. Sin Dios, el hombre es un ente biológico, económico, político, lo que cada pensador crea más cómodo a fin de someterlo a sus directivas [¡Esto hacen los Arquitectos de la Cultura de la Muerte!]; con Dios, el hombre es, ante todo, persona. Una autentica democracia no es realizable cuando se crea al hombre dominado por la herencia, o por la economía, o por la psiquis, o por la geografía, o por las fuerzas telúricas o por cualquiera  de los tantos descubrimientos con quien la ciencia racionalista a procurado demostrar que el hombre es incapaz de la libertad; una autentica democracia es posible cuando se cree, con el cristianismo, que el hombre está dotado de libre albedrío y que cada uno es dueño de sus actos y responsable de ellos [sobre todo lo último que hoy hemos perdido pues el concepto de libertad propuesto por la modernidad nada tiene que ver con el verdadero concepto de libertad cristiana]. La doctrina de Perón abre, por consiguiente el camino a una auténtica democracia, que tiene que ser la entendida como tendencia social, o sea, como dice Marcel Demongeot, ‘el celo de dar a las clases trabajadoras, hoy más que nunca oprimidas en el mundo moderno, condiciones humanas de vida, requeridas no solo por caridad sino ante todo por la justicia’, cuya forma política, tarde temprano, habrá de ser entendida en el sentido Aristotélico y de Santo Tomás, o sea, la del número templado por la virtud, no por la riqueza.

viernes, 20 de enero de 2012

La Revolución de 1943 y alguna corporación que salve a la Patria

Sigo con mis humildes observaciones y lo que considero enseñanzas para nuestro futuro como Patria. Los textos siguen siendo de Vicente Sierra.

"La revolución no podía ser, por consiguiente, ni obra de los políticos -comprometidos con el capitalismo internacional- ni de una Universidad anquilosada, cuyo ‘reformismo’ olía a naftalina, y fue así como estuvieron contra ella políticos y universitarios. Sólo el clero o el ejército podían ser la fuente de la revolución, y como el clero no tiene armas ni vocación guerrera, la tarea correspondió a quien la realizó. Lo mismo que en 1930. Los ejércitos permanentes son los que evitan que el mundo caiga en la barbarie, pues la verdad de hoy, vista por Donoso Cortés a mediados del siglo pasado, es que se va a la civilización por las armas y a la barbarie por las ideas por lo menos, en nuestros días a la barbarie marxista."

[Hablando desde hoy: no tenemos nada. No tenemos políticos y nunca los tuvimos. No tenemos universitarios. No tenemos clero y no tenemos ejército. No tenemos nada. En 1943 el clero acompañó al ejército en contra de los políticos capitalistas y los universitarios progresistas. Como dijo Hernández Arregui el ejército en su contacto con la pauperización social se sensibilizó y nació en él una intención social que no tenía. Puede que Arregui tenga razón, pues muchos conscriptos que ingresaron al ejército provenían de las clases bajas e ingresaban a la institución para buscar un futuro. Hoy el clero es progresista y el ejército defiende el capitalismo. Si bien a las Fuerzas Armadas ingresan personas de las clases más bajas, la educación progresista y extranjerizante que reciben cierra toda posibilidad de sensibilización humana y social.

Así, no hay en nuestro país una corporación que pueda recuperar las tradiciones (la única que queda tal vez sea el Sindicalismo Peronista, pero no lo sé). Lo único que hay son familias tradicionales que guardan cierto respeto por nuestras tradiciones que, frente a los embates políticos contra ellas (aborto, eutanasia, matrimonio igualitario, educación sexual, etc.), se están uniendo para defenderse. Tal vez esto derive en la formación de una aristocracia dirigente, solo Dios sabe. Lo único que podemos ver es que la situación actual es muchísimo más crítica que la de la década del 40.

Por último, una observación a la frase de Donoso Cortes. Ya no sucede lo profetizado increíblemente por él. Hoy en día los ejércitos defienden la barbarie instaurada por las ideas y la civilización se atrinchera en unas pocas familias que no sé hasta cuando podrán aguantar al mundo contra ellas.]

jueves, 19 de enero de 2012

El Nacionalismo de la década del 30 y el Nacionalismo hoy

En su ensayo sobre la “Historia de las ideas políticas en Argentina”, Vicente Sierra expresa en su capítulo VII, Desde los gobiernos de la oligarquía hasta el triunfo de la democracia social como surge el movimiento nacionalista que llevó al general Juan Domingo Perón. Cito algunos párrafos y algunas enseñanzas para el futuro.

“Nace entonces el movimiento nacionalista y no se desarrolla el socialismo ni el comunismo porque ninguno de ellos está en condiciones de comprender lo que comprenden algunos pensadores jóvenes que surgen del nacionalismo, o sea, que el problema a resolver no es una cuestión de sistema económico o de formas de gobierno, sino de sentido de la vida. Es el nacionalismo quien comprende que la fuente de los males consiste en una deformación tal de lo que debe entenderse por naturaleza humana, que lo esencial es comenzar por restablecer la verdad objetiva. Con lo cual, la cuestión se trueca en un problema de orden religioso, puesto que al serlo de orden moral no tiene soluciones si se prescinde de la posición del ser en el cosmos.”

[Esto solo pudo darse ya que la Iglesia Católica enseñó sin vacilar las Verdades inmutables a los jóvenes. Este nacionalismo fue posible en nuestro país porque las enseñanzas de la Iglesia a las familias y a los jóvenes se dieron en silencio y sin contaminación. Fue ese sustrato doctrinal el que dio la posibilidad a esa generación de “comprender” que “el problema a resolver no es una cuestión de sistema económico o de formas de gobierno, sino de sentido de la vida”. Y no solo lo comprendieron sino que buscaron la solución donde debían buscarla: en los tesoros eternos de la Iglesia Católica.

Hoy en día estamos frente al mismo problema. Ni el comunismo ni el socialismo entienden cuál es el principal problema y se quedan en las cuestiones económicas o sociales o en los asuntos de gobierno. ¿Y el nacionalismo? El nacionalismo quiere repetir la experiencia de la década del 30 pero no se da cuenta que el sustrato familiar y juvenil al que apunta nada tiene que ver con el de la década del 30, trabajado desde finales del siglo XIX por una Iglesia que no defeccionaba. Por eso el nacionalismo debe preguntarse si ese paso previo que necesita para triunfar sobre la sociedad se dio o se esta dando, pues sino toda su prédica caerá en “saco roto” y quedará encapsulado entre quienes todavía siguen la tradición católica. No digo que no deben luchar en las calles. De hecho hay que hacerlo siempre, pero debe saber que la solución al triunfo verdadero (pues puede haber un triunfo sobre la masa que nace de la desilusión de los regímenes que imperan, pero ese triunfo es fugaz y puede tentar a los integrantes del Nacionalismo a creer que ha llegado el momento cuando en realidad solo tienen el gobierno y no el poder ni las conciencias) vendrá cuando la doctrina inmutable de Cristo bañe a la sociedad toda, porque es esta doctrina la que sosiega las conciencias, presupuesto necesario para gobernar para el bien común.

Por otro lado, Sierra dice que “lo esencial es comenzar por restablecer la verdad objetiva”. ¿Quiénes deben realizar esta obra de unificación? He aquí la que vio que sino se restablecía la verdad objetiva ningún triunfo sería duradero. Hoy estamos nuevamente viviendo sobre bases endebles por ser relativas. En la década del 30 la oligarquía dirigente estaba alejada de la verdad objetiva pero las familias fueron acercadas a ella por la Iglesia Católica. La gran diferencia entre la década del 30 y hoy es que en aquellos años las familias que conformaban la sociedad argentina eran, en su mayoría, católicas de veras y hoy ya no lo son. Y peor aún, la Iglesia era firme en sus enseñanzas y hoy ya no, no dudaba y hoy sí.  Por eso el gran problema de la Patria en general y del Nacionalismo, en particular, es que necesita para su triunfo que se restablezca la “verdad objetiva” pero no solo entre la clase dirigente, como en la década del 30, sino en toda la sociedad laica y, lo más difícil, religiosa.

La única institución que porta la Verdad Objetiva es la Iglesia Católica y si esta ya no la enseña en su totalidad, ningún triunfo será seguro y duradero. El Nacionalismo debe trabajar por extirpar al Modernismo que esta dentro de la Iglesia Católica pues solo así logrará la restauración de la verdad objetiva y el sustrato social necesario para el triunfo político. Los enemigos de la Patria se dieron cuenta de esto y atacaron la esencia misma: la Religión. Por eso Antonio Gramsci llamó a la izquierda a imitar al modernismo para destruir a la Iglesia, pues vio en él la mejor arma: la ambigüedad.]

“Mas, paralelo a este nacionalismo y, a veces, confundiéndose con él, se desarrolla un movimiento de masas jóvenes que, por las circunstancias internacionales, unido a la conciencia de que es necesaria una transformación integral del estado, cae, por imitación, en formas extremistas de tendencia totalitaria, lo que detiene el desarrollo del nacionalismo como fuerza política, puesto que el totalitarismo constituye un sistema fundamentalmente extraño a la moral histórica, católica e hispana de nuestro pueblo. [Muchas veces el Nacionalismo cae en estos totalitarismos porque no los mueve el amor a la Patria sino los aplausos del triunfo y peor aún, otros se entregan a estas tendencias canalizando una personalidad violenta y cruel, valores que nada tienen que ver con nuestra tradición hispana y católica] Por otra parte, el elemento pensante del movimiento no ha logrado elaborar una posición totalmente concreta, porque su misión no pudo ser, en esa primera etapa, sino esencialmente crítica. Es tal la deformación mental en que el liberalismo ha forjado al hombre argentino que, antes y sobre todo, como labor previa, fue necesario desbrozar la maleza para forjar una nueva conciencia de lo nacional. Y es esa labor, paciente y silenciosa, ignoradas por la gran prensa, despreciada por los intelectuales consagrados en las academias, en la universidad y en los altos cenáculos literarios, la que logra, a pesar de toda, abrir brechas tan profundas en las fortificaciones del régimen vigente que no es extraño, sino para los incapaces de comprender el proceso de la historia, todo lo que ocurre en la Argentina, después de 1943. Es el nacionalismo quien plantea en el país que el móvil esencial del movimiento obrero es una cuestión de dignidad tanto, como una cuestión de interés. El gran problema es salvar los escollos sin los riesgos que los mismos involucran, pues el liberalismo ha forjado un espíritu de hostilidad al trabajo, en virtud del cual, el atender los intereses de los trabajadores mediante un mejoramiento de la vida material agudiza el mal. Lo que no es una cuestión estrictamente moral, que quiere decir que, la meta a alcanzar, no puede ser otra que la que permita conservar y restituir al trabajador el placer del trabajo.”

“Es el nacionalismo el que advierte que en las luchas políticas argentinas hay una lucha social y, a veces, una lucha religiosa, que si bien la depauperación de las masas señala que se trata de una cuestión vinculada a la economía, lo cual, al final de cuentas puede ser salvado por el liberalismo en un momento de inteligencia, la cuestión de fondo es de orden ético. Entra en juego algo que el socialismo ni el comunismo advierten, y es que se trata, también, de un problema de dignidad humana. Cuando, después de la revolución de 1943, el general Perón entra a actuar, lo comprende perfectamente. Es el viejo problema argentino, el que, quiso resolver Rosas y no pudo o no supo hacerlo, que consiste en la urgencia de elevar a la plebe, elevar a la masa para que sea pueblo.”

[Un punto para resaltar: la masa debe ser guiada y elevada pues sola es como un rebaño sin pastor. Para eso esta la Vanguardia, que desde su poder de mando busca dignificarla con las medidas políticas, sociales y económicas que toma. Este grupo dirigente puede ser movido por el patriotismo o por el interés personal.]

Es un problema de transformar en emergidos a los sumergidos, lo cual no es simple tarea de la economía, ni puede ser resultado exclusivo de un sistema económico, sino en cuanto el mismo responda a determinada orientación de tipo moral. Porque la economía por si misma no tenderá, bajo cualquier régimen, a otra cosa que a la riqueza, con prescindencia de los hombres. Por eso el socialismo, que abre brecha en el país en cuanto plantea el problema del proletariado, no atrae a las masas, porque su posición materialista no ofrece soluciones ni surge del análisis del trabajo nacional sino del estudie del nacimiento de la gran industria inglesa, fenómeno local, que engañó a Marx en cuanto a la posibilidad de que tuviera un sentido universal. El extremismo de la lucha de clases, manejado posteriormente -cuando el socialismo argentino lo dejó de lado- por el comunismo, sólo prende en europeos con no mucha residencia en el país y en intelectuales jóvenes, de pocas lecturas, aunque valientes para negar todas las ideas y filosofías que no conocen directamente en sus fuentes. Por eso también, cuando Perón se pone al frente de las masas argentinas, estas intuyen más que comprenden que están en juego sus intereses de clase, pero que éstas no son sólo materiales, aunque lo material tenga, que predominar, necesariamente, en la primera etapa de la obra que la revolución de 1943 va a emprender para destruir el equívoco liberal y, a la par, aventar del todo a los extremismos de izquierda o de derecha que, por ser movimientos de imitación, nada tienen que ver con la verdad de las cuestiones que plantea el ser mismo de la Nación.”

domingo, 15 de enero de 2012

¿Quién dijo estas frases tan contrapuestas?

Dos frases de Perón muy contrapuestas. Aunque la primera es de dudosa procedencia pues Silvano Santander, quien la cita, era opositor al gobierno de Perón y formaba parte de la comisión investigadora para las actividades nazis en la Argentina, tuvo que exiliarse a Montevideo desde donde comenzó su prédica contra el régimen y a favor de la “democracia”. Muchos datos a tener en cuenta para dudar de las investigaciones de este personaje. Por un lado, seguramente recibió ayuda de Estados Unidos para estas investigaciones que luego se transformaron en campaña política opositora. Por otro lado, es significativo el lugar del exilio: Montevideo. Recordemos que todos los masones y liberales antirrosistas se exiliaron en Montevideo o Chile, pues desde allí recibían ayuda del extranjero. Por último, estos mismos argentinos antirrosistas que conspiraban contra el régimen nunca tuvieron problemas en mentir si era necesario. También podría ser el caso de Silvano Santander. No lo sabemos, pero podemos dudarlo.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que Perón no se caracterizo por su coherencia doctrinal ni tampoco por sostener a raja tabla sus convicciones. Como buen político moderno si el auditorio quería escuchar esto o aquello, él no tenía problema en decírselo. Igualmente estas conclusiones son a partir del estudio de Perón desde 1943 hasta 1973 y puede pecar de a-histórico al no considerar que el estadista puede haber cambiado: era de sostener sus convicciones y luego no. Pero ya en el gobierno de la Revolución demostró sus dotes de oportunista. Tampoco podemos ser determinantes en este punto.

Sea como fuere, estas frases son para pensar

Según el informe Meynen, ministro consejero de la embajada alemana en la Argentina hacia 1943, María Eva Duarte le habría mostrado una carta del Coronel Perón donde decía:

“Los trabajadores argentinos murieron como animales de rebaño y como tales morirán. Para gobernarlos basta darle comida, trabajo y leyes para rebaño, que los mantengan en brete.”

Santander, Silvano: Técnica de una traición. Juan Domingo Perón y Eva Duarte agentes del nazismo en la Argentina. Buenos Aires, Edición Argentina, 1955, p. 56.

Vicente Sierra termina el capítulo XI de su Historia de las Ideas Políticas en la Argentina con una cita del Coronel Juan Domingo Perón. Leámosla.

“La riqueza espiritual que, con la cruz y la espada, España nos legó -esta cruz y esta espada tan vilipendiadas por nuestros enemigos y tan encarnecida por los que con su falsa advocación medraron- fue marchitándose hasta convertirse en informe montón irreconocible hecho presa después del fuego de los odios y de las envidias que habían concitado con su legendario esplendor, Pero antes de convertirse definitivamente en cenizas, las pavesas del incendio aún nos bastarán para que en nuestras manos, se convierta en antorchas que, remozando el "alma mater" de la universidad argentina, traspase las fronteras, despierte la vacilante fe de los tibios y semidormidos pueblos que aún creen más en las taumaturgias del oro que en los veneros que encierran el espíritu y la voluntad de trabajar y ennoblecerse y tenga aún fuerzas suficientes para llegar al corazón de Castilla y decir con acento criollo y fe cristiana: ‘¡España, Madre Nuestra, Hija eterna de la inmortal Roma, heredera dilecta de Atenas la grácil y de Esparta la fuerte, somos tus Hijos del claro nombre; somos argentinos, de la tierra con tintineos de plata, que poseemos tu corazón de oro! ¡Cómo bien nacidos hijos salidos de su seno te veneramos, te recordamos y vives con nosotros! Precisamente porque somos hijos tuyos, sabemos que nosotros somos nosotros. Por esto, sobre lo mucho que tú nos legaste, hemos puesto nuestra voluntad de seguir hacia arriba hasta escalar nuevas cumbres y conquistar nuevos laureles que se sumen a los ya eternos que supimos conseguir. Por esto abrimos de nuevo las viejas arcas que guardan los restos de la cultura que esparciste por el mundo a la sombra de banderas flameantes defendidas por espadas invencibles. Tus filósofos, poetas y artistas, y tus juristas, místicos y teólogos, cuando vieron que las antorchas de la revolución espiritual y el vaho del materialismo hacían peligrar el tesoro secular que acumulaste, decidieron ponerlo a buen recaudo, que evitara su profanación.

Pasaron los siglos del olvido y las horas de ingratitud, Nosotros, los argentinos, tus hijos predilectos, hemos labrado en el frontispicio de nuestras universidades una leyenda de imperial resonancia, una leyenda de filial gratitud y de solar hogareño, una leyenda que dice: ‘¡NO SE PONDRA JAMAS EL SOL DE NUESTRA CULTURA HISPANICA!."

Arquitectos de la Cultura de la Muerte III

Estos son los filósofos contemporáneos, los constructores de la Cultura de la Muerte:



"los humanos recién nacidos no son ni personas ni cuasi-personas, y su destrucción en modo alguno es algo intrínsecamente malo"

Michael Tooley: Abortion and Infanticide. Clarendon, Oxford University Press, Oxford, 1983, pp.411-412.

jueves, 12 de enero de 2012

De Vacaciones

Estimados lectores, en breve volveré con toda la energía! Saludos y buenas vacaciones para todos!