"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

jueves, 22 de septiembre de 2011

La visión democrática de la prensa escrita hacia 1928


En el diario La Pensa apareció esta noticia el 15 febrero de 1928 titulada "El problema presidencial y la responsabilidad de un fracaso" contestando a quienes ponían en duda el triunfo de Hipólito Yrigoyen. En realidad no me interesa mucho los pormenores políticos que lo movieron sino más bien la visión que tenían los medios de la democracia y que se retrata de manera clara y sin vaguedades en esta cita:


"La exposición o manifiesto político dado al país por los llamados representantes de la derecha, primero, y ayer por los radicales “antipersonalistas” con motivo de los hechos y de las esperanzas que llenan la crónica política de los días corrientes, están fundados en algo que no ha sido expuesto ni indicado en los párrafos de esos dos documentos partidarios. […]

Todo problema presidencial en esta democracia se resuelve por medio de la acción cívica. La mayoría tiene razón siempre, y siempre la mayoría es respetable. Si la mayoría sigue tras errores o absurdos y los hace triunfar, lo que tal hecho probaría, en último término, sería que esa mayoría tuvo expositores, doctrineros o directores informados en el error y en el absurdo, pero más elocuentes y fuertes que los poseedores de la verdad, del principio y del interés ético de las masas populares. De ahí que la acción sea ineludible e insustituible en la vida de las democracias, y que los hombres dinámicos, los que se mueven y andan, predican y sustentan a diario sus deseos, sus ideales, sus aspiraciones con fe y con entusiasmo, sean positivamente más útiles que los figurones achacosos, que los satisfechos de sí mismos, que los insignificantes que ostentan personalidad abultada por la propia imaginación, que aquellos que sin el menor esfuerzo declaman lo que precisamente no hacen ni demuestran tener capacidad de hacer. […]"

Extraído de Halperin Donghi, Tulio [Dir]: Biblioteca del Pensamiento Argentino. Vida y muerte de la República verdadera (1910-1930). Tomo IV. Buenos Aires, Ariel Historia, 1999, p. 632-633.

martes, 20 de septiembre de 2011

¿Estaría Néstor en esta revuelta? ¿Quién sabe no?

A continuación una noticia sobre incidentes en la ciudad de La Plata con estudiantes afiliados a la Federación Universitaria de la Revolución Nacional de quien Néstor Kirchner era miembro activo a partir de 1970. ¿Estaría Néstor en esta revuelta? ¿Quién sabe no?



Para más información pueden visitar el artículo aparecido en el Diario La Nación titulado "Tiempos de militancia en La Plata. Néstor Kirchner"

lunes, 12 de septiembre de 2011

Orígenes históricos del Kirchnerismo

El triunfo electoral de Juan Domingo Perón en febrero de 1946 le dio aire a un facción de militares interesados por mantener la Revolución del 4 de junio pero legitimada por el voto popular. Era una muy buena estrategia, teniendo en cuenta que el mundo occidental giraba hacia la democracia de masas y que en nuestro país, las masas comenzaban a presionar por derechos laborales. El proyecto de Perón, que era el proyecto del GOU, no era más que la industrialización a través de la industria pesada aplicada a la guerra, siguiendo esa intuición del inminente estallido de la Tercera Guerra Mundial. La estrategia del Coronel fue apoyarse, en principio, en las Fuerzas Armadas que eran las que tenían el poder, y luego en el Sindicalismo, expresión de la nueva fuerza que nacía a la luz del cambio de modelo económico en la década del 30. El Sindicalismo debía ser transformado en corporación para encajar perfectamente en la naciente Comunidad Organizada.  



El gran problema de los siguientes diez años fue que el “candidato de los militares” no quiso subordinarse a ellos sino más bien someterlos. Entonces, ¿qué utilizó para ello? La legitimidad que le daba el voto popular en una época posbélica que así lo demandaba. Y en esta estrategia encajó perfectamente Evita, la intermediaria entre él y el “pueblo”.

Su proyecto económico iba de la mano de su proyecto político: reordenar a la sociedad., esa masa indiferenciada que bajo el Estado liberal era utilizada en beneficio de la acumulación de capital y que por el hecho de presentarse como indiferenciada no tenía la capacidad de presión sobre los grupos que detentaban el poder.

Pero el gran inconveniente sería insertar a este nuevo actor social, los trabajadores, en un esquema donde ya tenían un rol. He aquí el gran problema del peronismo: acomodar a esta nueva corporación entre las existentes y darle un poder que no tenía. ¿Este esquema era el esquema del GOU o fue pensado por Perón para presionar a los militares quienes verdaderamente tenían el poder? No lo sabemos. La cuestión es que cuando los militares percibieron que Perón les había quitado el poder, conspiraron y lo derrocaron.

La peronización de las corporaciones solo funcionó en la corporación que estaba desordenada y sin un rumbo fijo: el sindicalismo, pues en todas las demás generó rechazos. Así, en 1954 entabló un conflicto con la Iglesia Católica quien era aliada de Perón, pero nunca se consideró su subordinada. La comunidad organizada funcionó hasta que las corporaciones tradicionales argentinas vieron sus derechos avasallados y sus intereses tocados. Mientras Perón les dio el rol que ellas querían y tenían en la sociedad, no hubo problemas. Pero cuando, por presión sindical tuvo que rearmar el tablero, surgió el conflicto. En realidad, la pieza maestra a mover eran las Fuerzas Armadas, quienes dentro del nuevo orden de cosas no debían intervenir en política sino someterse al Conductor, cosa que nunca aceptaron, por considerarse la corporación que atesoraba y defendía los verdaderos intereses de la Patria.

Fue así como Perón, sabiendo del asilamiento en el que estaba quedando con respecto a las corporaciones (verdaderos artífices de su nueva visión política) se abocó a la formación de un dirigencia sindical subordinada pero firme en su posición política. Los nuevos sindicalistas fueron educados dentro del nuevo esquema corporativo, esquema que no solo los necesitaba sino que los demandaba para sostenerse. Una vez desterrado, el General, depositó el Peronismo en ellos e hizo política a través de ellos.

La subordinación se puso en duda con el surgimiento de un dirigente sindical poderoso: Augusto Vandor, quien intentó llevar a ese Peronismo delegado (pero sin el derecho de utilizarlo libremente) al poder, negociando con los militares. He aquí la clave del surgimiento del kirchnerismo, aunque todavía parezca oscuro al lector. Frente a tamaña afrenta Perón intentó llamarlos al orden. Si bien el vandorismo no prosperó, el antecedente quedó y Perón no iba a dejar que la semilla fructifique. La perdida de la conducción sindical por el General suponía la perdida de todo poder sobre el Movimiento. Por ello desplegó una nueva estrategia de contención desde el exterior: el trasvasamiento generacional. Este documento de la década del 60 no es más que un llamado al orden a la “burocracia sindical”. El General estimulaba así el cambio generacional en la conducción sindical pues el mundo así lo determinaba. Los viejos debían dar un paso al costado y dejar a los jóvenes. Perón vio en la juventud una manera de presionar a los verdaderos conductores. Pero la juventud venía con nuevas ideas, ideas plantadas en sus mentes en Universidades y Escuelas Secundarias, amalgamadas por una situación nacional e internacional críticas.

El “entrismo”, estrategia de la Nueva Izquierda para ganarse al movimiento trabajador en la Argentina, fue utilizado por Perón para castigar a los maduros dirigentes sindicales, que alineados al vandorismo, buscaban una salida a tantos años de proscripción. La exaltación de cierto socialismo no fue más que práctica y coyuntural, nunca ideológica.

El nacimiento del movimiento Montoneros no es más que la permisión de Perón a los jóvenes de participar del Movimiento pero utilizándolos para presionar a quienes verdaderamente tenían el poder. Pero los jóvenes quisieron ser gobierno y nunca acataron el lugar que dispuso el General para ellos, fue así como el pacto silencioso se rompió con el asesinato del Secretario General de la CGT, Ignacio Rucci, y Perón se dio cuenta que estos “jóvenes idealistas” eran peligrosos y reaccionarios. La expulsión de la Plaza no es más que la expulsión del Movimiento y la declaración de guerra. A pesar de esto, ya era tarde. Quienes debían salvar a Perón habían sido eliminados por la política de Perón. El General se cavó su propia tumba.

Los años sucesivos a la muerte de Perón fueron años de caos dentro y fuera del Movimiento. Sin el líder que marcaba el tiempo, sin los dirigentes que se habían formado bajo la proscripción pero con cierta independencia de los dictados del Conductor, el peronismo entraba en un vacío de poder. Los “jóvenes idealistas” preparados para hacerse cargo del peronismo fueron dispersados por el gobierno militar. Y muchos aplicaron a la perfección la gran frase “desensillar, hasta que aclare”. Tuvo que volver la democracia para que el Peronismo resurja, pero ahora subordinado a los nuevos vientos del Norte. La gran crisis del 2001 dio paso a los “jóvenes idealistas”, encarnados por el Kirchnerismo, para tomar aquello que tanto anhelaron y que el vandorismo, Perón y los militares, les había negado.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Traidores

El padre Matías Pérez es un joven sacerdote de la iglesia catedral de San Nicolás aca en Buenos Aires. Los videos están tomados de la web oficial del cura: http://www.padrematias.com.ar/.

 




La Misa Católica no es un show, es algo serio. El Santo Sacrificio de la Misa es la recreación incruenta del sacrificio del Divino Maestro, Jesucristo. En el Canon, el pan y vino se transforman VERDADERAMENTE en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo. Lamentablemente muchos sacerdotes no tienen el debido respeto frente al Hombre-Dios, al Único que dijo que era Dios. Luego, y gracias a estos traidores, todos los católicos parecemos TARADOS, pues nuestra Fe se resume en una fiesta deprimente, donde el sacerdote, ungido y con las manos santificadas, muestra una Religión “linda” pero para nada seria y ausente de toda sacralidad. Entiendo a aquellos que viendo este video y creyendo que la Religión Católica es esto, digan que los católicos somos uno TARADOS, lo entiendo. Sino conociera a la verdadera Iglesia creería lo mismo. Pero les digo: la Iglesia Católica no es esto. Nuestro Fundador ha dado su vida para que vivamos, no podemos tratarlo de esta manera. La Iglesia, para los que tengan buena voluntad y quieran saber, es esto: 


Yo me pregunto, que respeto pueden tenernos un budista o un musulmán. Ninguno. Es una pena que suceda esto. Pero que quede claro, ESTO NO ES LA IGLESIA, ESTOS SON TRAIDORES AL SUFRIMIENTO DE CRISTO.


lunes, 5 de septiembre de 2011

El pensamiento progre en nuestra Historia

A continuación un ejemplo claro del pensamiento progresista en la Historia Argentina. Este pensamiento que quiere borrar los hechos con actos legislativos, que quiere borrar la realidad presente para que las generaciones futuras no la conozcan TAL CUAL ES. En definitiva, que quiere imponer un pensamiento único y creado en las mentes más perversas de nuestro tiempo.

En sesión de la Legislatura bonaerense en 1857 el diputado Nicolás Albarelos decía lo siguiente:

“Rosas, señor, ese tirano, ese bárbaro, no era considerado así por las naciones europeas y civilizadas, y pasado ese juicio a la posteridad se pondrá en duda, cuando menos, esa tiranía bárbara y execrable que Rosas ejerció sobre nosotros.

No puede librarse a la historia el fallo del tirano Rosas ¿Qué dirá la historia cuando se vea que la Inglaterra ha devuelto a ese tirano los cañones tomados en acción de guerra, y saludado su pabellón, sangriento y manchado con una salva de 21 cañonazos?

La Francia, que hizo causa común con los enemigos de Rosas, que inició la cruzada en la que figuró el general Lavalle, a su tiempo lo abandonó, y trató con Rosas, y también debió saludar su pabellón con 21 cañonazos.
Yo pregunto, señor, si estos hechos borrarán en la historia todo cuanto podamos decir los enemigos de Rosas, si no lo sancionamos con un acto legislativo como esta ley.
… ¿Qué se dirá en la historia – y esto es triste decirlo – cuando se sepa que el valiente almirante Brown, el héroe de la marina de guerra de la independencia, fue el almirante que defendió la tiranía de Rosas; que el general San Martín, el vencedor de los Andes, el padre de las glorias argentinas, le hizo el homenaje más grandioso que puede hacerse a un militar, entregándole su espada?

¿Se verá a este hombre, Rosas, dentro de veinte años, tal como lo vemos nosotros a cinco años de su caída, si no nos adelantamos a votar una ley que lo castigue definitivamente con el dicterio de traidor?… No, señor. No podemos dejar el juicio de Rosas a la historia, porque si no decimos desde ahora que fue un traidor, y enseñamos en la escuela a odiarlo, Rosas no será considerado como un tirano, y quizás lo sería como el más grande de los argentinos”.

(Diario de Sesiones de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires en 1857)