Entre los años 60 y 70 del siglo XX la Argentina proyecto su propio programa espacial que lo puso entre las únicas seis naciones empeñadas en la conquista del espacio, detrás de EE.UU., URSS, Francia, Canadá y Gran Bretaña. ¿Dónde esta todo esto? Lamentablemente desapareció.
A continuación cito algunos pasajes del artículo publicado por Alfredo Mandredi hijo en el blog Reconquista y Defensa:
“En los años sesenta y setenta, Argentina desarrolló su propio programa espacial, iniciativa que la colocó después de los EE.UU., Rusia, Francia, Canadá y Gran Bretaña, entre las seis únicas naciones empeñadas en la exploración del cosmos. Eran tiempos de progreso e investigación en los que científicos nacionales deban prueba al mundo de su capacidad tecnológica.”
“Cuando el 4 de octubre de 1957 los rusos colocaron en órbita el primer satélite artificial construido por el hombre, el entusiasmo y el interés por la exploración del espacio alcanzaron proporciones inusitadas. Ese interés también sacudió a los científicos de nuestro país quienes, a partir de 1961, pusieron en marcha un exitoso programa que habría de colocar a nuestro país entre las seis primeras naciones comprometidas en la carrera espacial, un hecho trascendente de nuestra historia que, sin embargo, muy pocos argentinos conocen.”
“Los avatares de la política argentina no entorpecieron el desarrollo del proyecto espacial. El 28 de marzo de 1962 un golpe militar destituyó al Dr. Frondizi para reemplazarlo por el presidente del Senado, Dr. José María Guido, lo que no impidió que durante todo ese año se efectuaran nuevos lanzamientos que determinaron la alta tecnología que científicos civiles y militares (estos últimos pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina), desarrollaban conjuntamente.
El 10 de mayo de 1962 el recientemente creado Centro Experimentación y Lanzamientos de Proyectiles Autopropulsados -CELPA inició sus actividades en la base de Chamical, provincia de La Rioja, suerte de Cabo Cañaveral nacional desde donde se pondrían en marcha experiencias que llamarían la atención de las principales potencias del mundo.”
“Los científicos del ICTE llevaron a cabo las primeras experiencias biológicas argentinas, lanzando a bordo de un cohete dos pequeñas ratas de laboratorio, Alfa y Gamma, las que, después de alcanzar una altura de 8000 metros, aterrizaron suavemente a bordo de su cápsula, sostenida por un pequeño paracaídas, a solamente 100 metros del lugar de lanzamiento.”
“La Argentina no dejaba de crecer y desarrollar su tecnología en materia espacial. Y ese crecimiento tomó mayores impulsos a partir de julio de 1966, con la política de desarrollo tecnológico implementada por el gobierno del Tte. Gral. (RE) Juan Carlos Onganía.”
“Nuestro país fue la tercer nación, después de Rusia y EE.UU, en efectuar lanzamientos espaciales desde el continente antártico.”
El autor del artículo concluye:
“La Argentina había sido pionera latinoamericana en materia de desarrollo espacial. Cuando Brasil, que hoy la ha superado ampliamente, lanzó desde Barreira do Inferno su primer cohete Sonda (16 de diciembre de 1965) hacía casi cinco años que el Alfa Centauro había surcado nuestros cielos; habían quedado atrás las experiencias Beta y Gamma Centauro y se iniciaba la puesta en marcha del proyecto Orión con el que se alcanzaron las mismas fronteras del espacio exterior. Los restantes países de la región comenzarían sus carreras mucho tiempo después. El tímido intento chileno del cohete Rayo desarrollado a partir de 1985 “bajo gran secreto”, terminó en el más estrepitoso fracaso, tal como lo señalaron en su momento importantes medios de prensa de aquel país. Perú recién lanzaría el Paulet I su primer cohete científico, el 26 de diciembre de 2005 y México marchaba a la zaga, con lanzamientos esporádicos entre 1963 y 1979
Como dice el ingeniero Pablo de León, presidente de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial, hoy científico de la NASA: “Lamentablemente por las deficientes políticas de los diversos gobiernos argentinos, su inoperancia, su falta de interés en el desarrollo nacional, su miopía y su falta de visión, la Argentina perdió su capacidad aeronáutica y espacial tan duramente conseguida. El punto llegó a su nivel más bajo a principios de los ’90 cuando se canceló el Proyecto Cóndor, se desmantelaron las instalaciones de Falda del Carmen, se cerró el IIAE, se cedió la Fabrica Militar de Aviones a una empresa extranjera, se disolvió la CNIE, etc.”
Una vez más, la Argentina había demostrado al mundo su capacidad científica y tecnológica. Sus propios gobiernos, sobre todos los surgidos a partir de 1983, se encargaron de frenar tan extraordinario impulso.”
Para ver todo el artículo de Alberto Manfredi hijo ir a http://www.reconquistaydefensa.org.ar/_historia/espacio/conquista.htm
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