Nuestra historia tiene un lugar para la
juventud. Esta siempre ha estado en los momentos de cambio. En la revolución de
mayo fue la juventud del Café de Marco, que levantaba las banderas del
liberalismo británico. Luego, fue la juventud intelectual que acompañó a
Rivadavia en sus reformas, obnubilados por las novedades traídas de Europa.
Fueron jóvenes los que le hicieron la guerra a Rosas desde el exilio, esa “maravillosa generación del 37”. Fueron
jóvenes los que levantaron las armas contra el Roquismo y fueron jóvenes los
que se revelaron en la década del 60 impulsados por la Revolución Cubana.
En todas estas manifestaciones de
acompañamiento y militancia, hay una constante y es
que la juventud siempre se revela al orden establecido. Los morenistas
contra los saavedritas en el poder, los rivadavianos contra los federales del
interior, la generación del 37´ contra el rosismo, los radicales contra el
roquismo, y los guerrilleros contra el gobierno militar. Siempre fueron la
vanguardia del cambio.
Sin hacer un juicio de valor sobre la posición
política de la juventud en los diferentes momentos históricos quiero remarcar que la constante es la rebelión contra el
orden establecido y la búsqueda de uno nuevo y más justo. Equivocarán
los medios y hasta los fines si se quiere, pero este momento de la vida es un
momento caracterizado por la agitación y la búsqueda de ideales sublimes, que
deben ser encauzados, so pena de caer en la anarquía, siempre funcional a los
intereses foráneos.
El gran problema es que sin orden
no se puede lograr la paz y la libertad tan ansiadas. Una sociedad no
puede vivir en constante caos y lucha de intereses. Si bien la vida es así,
debe haber un orden, sin el cual es imposible el progreso espiritual y
material. La historia ha demostrado que la juventud ha ido contra el orden.
Pero hoy ¿qué sucede?
La juventud organizada desde el poder quiere
repetir este modus operandi de la historia argentina y busca contra que o
quienes luchar. Muchas veces crea fantasmas (o se los crean) y otras le da en
el clavo. El gran inconveniente de esta “hermosa juventud” es que cree que en el
caos encontrará la paz y la libertad, un imposible filosófico. Nuevamente
los jóvenes están siendo utilizados, como lo fueron los morenistas por los
intereses británicos, como lo fueron los rivadavianos por los intereses
europeos, como los fueron los de la generación del 37 por los intereses
masónicos, como lo fueron los guerrilleros por los intereses soviéticos. Le han
creado un enemigo (que no es el verdadero) para que canalicen ese estado
espiritual típico de la adolescencia y no lo pueden ver porque viven agitados.
Para que haya un salto cualitativo único en la
historia de nuestro país es necesario que la juventud (la parte que no esta
organizada desde el poder) sepa que tiene la posibilidad de cambiar esta
tendencia. Esta juventud debe buscar el orden,
presupuesto necesario para lograr la paz y el progreso. Por supuesto que
esto no quiere decir transar con los poderes que destruyen la Patria, ni
aceptar el orden establecido como tal, sino más bien quiere decir que lo
principal es la paz sin la cual no se puede pensar claramente como salvar a la
Patria.
Los jóvenes, no organizados (que son la
mayoría), deben optar por el orden y no por el caos. Deben organizarse, deben
juntarse, deben buscar alternativas para imponer el orden y volver a la paz. Escucho
propuestas.
ES MAS FACIL ENSEÑAR EL CAOS
ResponderEliminarOpino que en cada época hay dos vanguardias juveniles, una como vos bien describís, que se arroga el derecho a subvertirlo todo y cambiar el orden establecido, mientras cometen delitos o se enriquecen a costa de dineros públicos; Montoneros en el primer caso, la Campora en el segundo; ahora, en los 70 mis padres eran jóvenes, se casaron y formaron una familia y nos educaron a mi y a mis hermanos con valores cristianos; y también son vanguardia, pero que resiste ante el ataque de la primera, que ocupa la escena de la vida política, por sus formas y métodos, pero no implica ello que hayan triunfado o vayan a hacerlo; hoy día, yo soy joven, tengo 34 años y resisto desde mi humilde lugar, participe activamente de la organización del 8N y de alguna manera resisto a La Campora, como vos con tu blog...lo que quiero decir, es que La Campora no representa a la juventud, sino a una parte de ella.
ResponderEliminarMatìas: no conozco en mi barrio a ninguno de la Campora, asì es que aquì en Villa Tesei, no existe la Campora, me parece que representa al Gobierno muy especialmente son los chicos de Cristina, sino fijate en los discursos, ademàs es una organizaciòn para que practique su hijo Màximo, porque de otra manera creo que no puede dirijir nada este chico, opino como vos y todo lo que decìs es cierto hay varios nucleos, y cada uno lleva agua para su corral, pero los que pienzan como vos no tienen orden (no estan organizados) ni son representados por ninguno de estos grupos en la nota se pide que se organicen y participen en una politica sana, patriota, y con buen futuro.
Eliminarpara la editorial no soy un robot mi cuenta de facebook es rober_titopress yahoo.com.ar mi nombre es Roberto Anibal Rodriguez DNI 14549444 pero como no tengo opcion en el accept para colocarlo o NO SE COMO entonces puse anonimo .
EliminarMatías Esteban estoy totalmente de acuerdo con vos y creo que es hora que esa "vanguardia" como vos llamas a ese grupo silencioso se haga cargo del manejo de los asuntos del estado y le dé a la Patria esa paz tan ansiada y buscada durante siglos.
ResponderEliminarGracias por comentar. Y sigamos en la lucha!