"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

domingo, 30 de diciembre de 2012

Antonio Gramsci y la Revolución Cultural - Parte I


El gran proyecto del liberalismo está para Gramsci en el origen del marxismo, si bien en él muere, desaparece. “Las afirmaciones del liberalismo –escribe– son ideas límite que, una vez reconocidas como racionalmente necesarias, se convierten en ideas-fuerza, se han realizado en el Estado burgués, han servido para suscitar la antítesis de ese Estado en el proletariado y luego se han desgastado. Universales para la burguesía, no lo son suficientemente para el proletariado. Para la burguesía eran ideas-límite, para el proletariado son ideas-mínimo. Y, en efecto, el entero programa liberal se ha convertido en programa mínimo del Partido Socialista”. Al burgués de la revolución francesa lo sucede el proletario del marxismo.



La sociedad civil

¿Qué es la sociedad civil? La sociedad civil es "el conjunto de los organismos denominados privados –dice– que corresponden a la función de hegemonía que el grupo dominante ejerce sobre toda la sociedad". La sociedad civil sería así el conjunto de organismos privados que detentan hegemonía doctrinal o intelectual sobre las clases subalternas, las clases inferiores, organismos hegemónicos. La sociedad civil es el campo de batalla donde se difunde y luchan entre sí las diversas ideologías, o mejor, las diversas cosmovisiones, que amalgaman desde las expresiones más elementales del sentido común de la gente sencilla hasta las elaboraciones más sofisticadas e intelectuales. Las organizaciones triunfantes en esta lucha ideológica en la sociedad, las que logran apoderarse de la dirección intelectual –es decir, lo que se piensa–, y de la
dirección moral –es decir, lo que se valora– de la sociedad forman parte de la superestructura, y atraen hacia el grupo dirigente la adhesión de las clases subalternas. El grupo dirigente se adueña de la estructura ideológica, impone un mundo de ideas, creando y difundiendo, mediante los organismos que lo integran, una determinada concepción del mundo en el pueblo, en la sociedad. Tales organismos son la escuela, la Iglesia, los llamados medios de comunicación social, etc.

Entonces, resumiendo, la sociedad civil sería el conjunto de organismos que crean un modo de pensar en el pueblo, que tienen, por tanto, hegemonía intelectual sobre la sociedad, crean un sentido común, el sentir común de la gente. Eso sería la sociedad civil que, según Gramsci, pertenece al ámbito de la superestructura.

Sociedad política

Y la sociedad política ¿qué es? La sociedad política es el conjunto de organismos, de la superestructura también, que ejercen una función coercitiva y de dominio directo en el campo jurídico (civil y penal), político y militar. Es sobre todo sociedad política el Estado, que tiene por función "la tutela del orden público y el respeto de las leyes". Tal sería la sociedad política, la sociedad dominante, digámoslo así. Distinguimos entonces entre hegemonía y dominio. La hegemonía es lo propio de la sociedad civil; el dominio, lo propio de la sociedad política, que tiene las armas, la policía, los tribunales, todo lo que es coacción. La hegemonía y el dominio son los dos brazos que controlan una sociedad determinada.

Relación entre Sociedad civil y Sociedad política

Sociedad civil y sociedad política suelen ser normalmente solidarias. Un estado que no cuenta con la adhesión de la sociedad civil difícilmente se puede mantener. El grupo dirigente lo sabe bien; por eso siempre trata de suscitar, para el aparato jurídico, político y militar, una adhesión de las bases, una adhesión ética de las bases a través de la sociedad civil. Las crisis sobrevienen cuando la sociedad civil se distancia de la sociedad política, cuando la sociedad política rompe su concordia con la sociedad civil, cuando la hegemonía y el dominio se enfrentan, cuando el ejército choca con las ideas que privan en la sociedad. Es entonces cuando sobreviene el caos social.

[…]

El orden intelectual y el orden moral, afirma Gramsci –es decir, las cosas que se han de saber y las cosas que se han de hacer–, tal es el marco en que se mueve la sociedad civil. La sociedad política proporciona el arma para defender eso, pone la coacción, coacción frente a los grupos que resisten la docencia de la sociedad hegemónica.

Gramsci está convencido de que no hay revolución duradera sin una previa toma de conciencia, y que ésta se origina y desenvuelve en el ámbito de la superestructura. Por eso la importancia que, a diferencia de Marx, atribuye a esta última. No es cambiando las relaciones económicas como vamos a hacer la revolución, sino cambiando la superestructura, es decir, creando ante todo una nueva hegemonía que transforme la sociedad; luego vendrá la conquista del Estado pero ésta deberá pasar por la transformación de la sociedad civil en la que el Estado se apoya. Por eso le preocuparán, por sobre todo, "las condiciones intelectuales de la revolución". De esto hablaremos ampliamente más adelante pero ya podemos adelantar algo.

La ideología para Gramsci

"Una ideología es una concepción del mundo que se manifiesta en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida, individuales y colectivas" Esto es lo que hay que crear, pues, una nueva ideología. La ideología predominante se da a sí misma una serie de medios para su difusión, para el ejercicio de su influjo: es la "estructura ideológica", que busca mantener y desarrollar el frente teórico e ideológico. Esa "estructura ideológica" la fabrican la prensa, la religión organizada en Iglesia, la escuela, las bibliotecas, e incluso, dice, la arquitectura, porque la arquitectura incluye toda una docencia, y tiene razón, ya que la misma disposición de las calles y hasta los nombres de las calles, todo eso crea el modo concreto de pensar de la gente. Eso es lo que hay que transformar, tal es el cambio que hay que operar si se quiere lograr efectivamente la transformación del modo de pensar de la gente.

Esta es la originalidad de Gramsci en el campo del marxismo. Mediante el proyecto que presenta, la sociedad política será un día fagocitada por la sociedad civil, puesta bajo una nueva hegemonía, la hegemonía marxista, la verdadera. Habrá llegado la hora de la hegemonía del proletariado, de la "dictadura del proletariado", con la consiguiente dirección intelectual y moral de la sociedad (intelectual, recordémoslo, dice orden a las verdades, a las afirmaciones; y moral, a lo que se valora, a los módulos de comportamiento). Y ello será así hasta que se suelden completamente estructura y superestructura, hasta que la sociedad civil fagocite a la sociedad política; hasta que la cultura entera –desde la filosofía de los intelectuales hasta la filosofía de uomo qualunque– transpire naturalmente la concepción materialista del mundo, la concepción inmanente y moderna del mundo. Entonces el Estado, en cuanto "hegemonía acorazada de coerción" –fórmula espléndida de Gramsci: la hegemonía es propia de la sociedad civil; el Estado la acoraza, la blinda con la coerción ya no tendrá razón de ser, habrá desaparecido. Será la sociedad sin clases, en que los intereses del cuerpo social se identifican finalmente con los intereses del proletariado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario