El gran proyecto del liberalismo
está para Gramsci en el origen del marxismo, si bien en él muere, desaparece. “Las afirmaciones del liberalismo –escribe–
son ideas límite que, una vez reconocidas como racionalmente necesarias, se
convierten en ideas-fuerza, se han realizado en el Estado burgués, han servido
para suscitar la antítesis de ese Estado en el proletariado y luego se han
desgastado. Universales para la burguesía, no lo son suficientemente para el
proletariado. Para la burguesía eran ideas-límite, para el proletariado son
ideas-mínimo. Y, en efecto, el entero programa liberal se ha convertido en
programa mínimo del Partido Socialista”. Al burgués de la revolución
francesa lo sucede el proletario del marxismo.
La sociedad civil
¿Qué
es la sociedad civil? La sociedad civil es "el conjunto de los organismos denominados privados –dice– que
corresponden a la función de hegemonía que el grupo dominante ejerce sobre toda
la sociedad". La sociedad civil sería así el conjunto de organismos
privados que detentan hegemonía doctrinal o intelectual sobre las clases
subalternas, las clases inferiores, organismos hegemónicos. La sociedad civil es el campo de batalla donde se difunde y
luchan entre sí las diversas ideologías, o mejor, las diversas cosmovisiones, que
amalgaman desde las expresiones más elementales del sentido común de la gente
sencilla hasta las elaboraciones más sofisticadas e intelectuales. Las
organizaciones triunfantes en esta lucha ideológica en la sociedad, las que
logran apoderarse de la dirección intelectual –es decir, lo que se piensa–, y
de la
dirección moral –es decir, lo que
se valora– de la sociedad forman parte de la superestructura, y atraen hacia el
grupo dirigente la adhesión de las clases subalternas. El
grupo dirigente se adueña de la estructura ideológica, impone un mundo de
ideas, creando y difundiendo, mediante los organismos que lo integran, una
determinada concepción del mundo en el pueblo, en la sociedad. Tales
organismos son la escuela, la Iglesia, los llamados medios de comunicación
social, etc.
Entonces,
resumiendo, la sociedad civil sería el conjunto de organismos que crean un modo
de pensar en el pueblo, que tienen, por tanto, hegemonía intelectual sobre la
sociedad, crean un sentido común, el sentir común de la gente. Eso sería la
sociedad civil que, según Gramsci, pertenece al ámbito de la superestructura.
Sociedad política
Y la
sociedad política ¿qué es? La sociedad política es el conjunto de
organismos, de la superestructura también, que ejercen una función coercitiva y
de dominio directo en el campo jurídico (civil y penal), político y militar. Es sobre todo sociedad política el Estado, que tiene por
función "la tutela del orden público y el respeto de las leyes".
Tal sería la sociedad política, la sociedad dominante, digámoslo así. Distinguimos entonces entre hegemonía y dominio. La hegemonía es lo propio de la sociedad civil; el dominio,
lo propio de la sociedad política, que tiene las armas, la policía, los
tribunales, todo lo que es coacción. La hegemonía y el dominio son los dos
brazos que controlan una sociedad determinada.
Relación entre Sociedad civil
y Sociedad política
Sociedad civil y sociedad
política suelen ser normalmente solidarias. Un estado que no cuenta con la
adhesión de la sociedad civil difícilmente se puede mantener. El grupo
dirigente lo sabe bien; por eso siempre trata de suscitar, para el aparato
jurídico, político y militar, una adhesión de las bases, una adhesión ética de
las bases a través de la sociedad civil. Las crisis
sobrevienen cuando la sociedad civil se distancia de la sociedad política,
cuando la sociedad política rompe su concordia con la sociedad civil, cuando la
hegemonía y el dominio se enfrentan, cuando el ejército choca con las ideas que
privan en la sociedad. Es entonces cuando sobreviene el caos social.
[…]
El orden intelectual y el orden
moral, afirma Gramsci –es decir, las cosas que se han de saber y las cosas que
se han de hacer–, tal es el marco en que se mueve la sociedad civil. La sociedad política proporciona el arma para defender eso,
pone la coacción, coacción frente a los grupos que resisten la docencia de la
sociedad hegemónica.
Gramsci está convencido de que no
hay revolución duradera sin una previa toma de conciencia, y que ésta se
origina y desenvuelve en el ámbito de la superestructura. Por eso la importancia
que, a diferencia de Marx, atribuye a esta última. No
es cambiando las relaciones económicas como vamos a hacer la revolución, sino
cambiando la superestructura, es decir, creando ante todo una nueva hegemonía
que transforme la sociedad; luego vendrá la conquista del Estado pero ésta
deberá pasar por la transformación de la sociedad civil en la que el Estado se
apoya. Por eso le preocuparán, por sobre todo, "las condiciones
intelectuales de la revolución". De esto hablaremos ampliamente más
adelante pero ya podemos adelantar algo.
La ideología para Gramsci
"Una ideología es una concepción del mundo que se manifiesta en el
arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de
la vida, individuales y colectivas" Esto es lo
que hay que crear, pues, una nueva ideología. La ideología predominante
se da a sí misma una serie de medios para su difusión, para el ejercicio de su
influjo: es la "estructura ideológica", que busca mantener y
desarrollar el frente teórico e ideológico. Esa
"estructura ideológica" la fabrican la prensa, la religión organizada
en Iglesia, la escuela, las bibliotecas, e incluso, dice, la arquitectura,
porque la arquitectura incluye toda una docencia, y tiene razón, ya que
la misma disposición de las calles y hasta los nombres
de las calles, todo eso crea el modo concreto de pensar de la gente. Eso es lo que hay que transformar, tal es el cambio que hay
que operar si se quiere lograr efectivamente la transformación del modo de
pensar de la gente.
Esta es la originalidad de
Gramsci en el campo del marxismo. Mediante el proyecto que presenta, la sociedad política será un día fagocitada por la sociedad
civil, puesta bajo una nueva hegemonía, la hegemonía marxista, la verdadera.
Habrá llegado la hora de la hegemonía del proletariado, de la "dictadura
del proletariado", con la consiguiente dirección intelectual y moral de la
sociedad (intelectual, recordémoslo, dice orden a las verdades, a las
afirmaciones; y moral, a lo que se valora, a los módulos de comportamiento). Y
ello será así hasta que se suelden completamente estructura y superestructura,
hasta que la sociedad civil fagocite a la sociedad política; hasta que la
cultura entera –desde la filosofía de los intelectuales hasta la filosofía de
uomo qualunque– transpire naturalmente la concepción materialista del mundo, la
concepción inmanente y moderna del mundo. Entonces el Estado, en cuanto
"hegemonía acorazada de coerción" –fórmula espléndida de Gramsci: la
hegemonía es propia de la sociedad civil; el Estado la acoraza, la blinda con
la coerción ya no tendrá razón de ser, habrá desaparecido. Será la sociedad sin
clases, en que los intereses del cuerpo social se identifican finalmente con
los intereses del proletariado.
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