La “profundización de la democracia” que tanto
demandan muchos movimientos sociales y hasta políticos, no es más que una
estrategia para disimular cada vez más a quienes verdaderamente detentan el
poder. No solo eso, sino que también es una estrategia de estos últimos para deshacerse
de quienes han perdido la legitimidad, evitando de esta manera, una situación
límite que puede redundar en caos generalizado y en la toma del poder por parte
de un grupo que tenga verdaderos objetivos patrióticos.
La democracia liberal y la socialdemocracia es
un escollo para la defensa de la Patria, es un escollo para el bien común y la
salud pública. Ahondar este sistema es cambiar algo sin cambiar nada. Fíjense
que los únicos momentos en los que nuestro país comenzó un proceso de
industrialización que lo podía llevar a cierta emancipación de los intereses
antipatrioticos (internos y externos) fue durante los dos guerras mundiales, cuando las naciones (en
la primera) y las corporaciones (en la segunda) dejaron de enfocarse en nuestra
riqueza. Fueron gobiernos militares los
que comenzaron con el proceso de industrialización (aunque para sustituir
importaciones) y fue un proyecto militar el que buscó ponerlo en marcha. Políticamente
incorrecto decirlo, pero la realidad habla por sí sola.
El gobierno militar de 1943 contó con unas
circunstancias inéditas tanto en lo interior como en lo exterior. En lo
interior, el coronel Perón le ganó el apoyo popular que ponía en peligro su
poder, y en lo exterior, pudo sostener una posición independiente de los
centros hegemónicos sin sufrir mayores consecuencias. Y esas decisiones
surgieron de principios inmutables de prudencia y justicia y no fueron
empañados por la dialéctica relativista de los políticos de turno. Era
imposible en una coyuntura de guerra mundial esperar a la deliberación de un
Parlamento para tomar decisiones clave. La política democrática no entorpeció
el trazado de los grandes proyectos nacionales, porque no existió tal política.
Fue luego de la segunda guerra mundial, cuando el gran triunfador del Norte presiona al mundo “que quiere ser libre” a que se vuelque al sistema
democrático con la excusa de era el mejor muro frente al comunismo; en el fondo
no era más que para hacer buenos negocios. Es ahí cuando Perón deja de tener
esa libertad de acción de la que gozo mientras se reestructuraba el mundo
occidental y se vuelve a las relaciones comerciales y de dependencia al amparo
del Imperio yanqui, que no hicieron más que transformar a la Patria nuevamente
en una patria colonial.
Hoy esa corporación de políticos que defienden
a raja tabla el sistema democrático, estrechó sus filas para deplorar los
abucheos a Boudou y a Kicillof no vaya a ser que el clima imperante los deje
sin “trabajo”. Los políticos, sean de izquierda o derecha, oficialistas u
opositores, junto a los medios de comunicación son hoy quienes mantienen
sometido al pueblo llano en la más servil de las circunstancias. Ya tendrán que
dar cuenta de esto.
NO ENTIENDO COMO PUEDE JUNTAR A DIOS EN LA DEFENZA DE LA PATRIA O DECIRSE CRISTIANO Y ESCRIBIR ESTO. DIOS NO TIENE FRONTERAS Y DEBEMOS DEFENDER LOS VALORES DEL EVANGELIO NO LOS DE LA PATRIA. DEBEMOS REZAR POR NUESTRO PAIS Y SUS GOBERNANTES. VIVIR EL EVANGELIO CADA DIA DESDE DONDE NOS TOQUE Y DEJAR DE ATACAR CON TEMAS COMO ESTE.
ResponderEliminarFámita:
ResponderEliminarantes que nada, gracias por comentar. Vos escribis: " DIOS NO TIENE FRONTERAS Y DEBEMOS DEFENDER LOS VALORES DEL EVANGELIO NO LOS DE LA PATRIA" Creo que hay que hacer algunas aclaraciones:
Como cristianos debemos defender los valores del Evangelio y BUSCAR QUE SEAN LOS DE LA PATRIA. Desconocer la defensa de la Patria va contra el Cuarto Mandamiento y es un pecado mortal. Cito el Catecismo de la Iglesia Católica:
2239 Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política.
Fijate lo que dice esta línea: "El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad"
Como podrás leer el amor y servicio a la Patria es un deber de todo cristiano.
Por último, el ataque es al error, tal como enseñó Cristo, y no a las personas, sino estaría errando gravemente. La democracia liberal y la socialdemocracia fue condenada por el Magisterio de la Iglesia único con la potestad de interpretar las Sagradas Escrituras.